¿Cuál es el propósito de una presentación?

Si no tienes claro lo que esperas o deseas de tu audiencia luego de tu presentación, no podrás persuadirla o convencerla de tu mensaje. Es por eso que hoy quiero recomendarte estos cuatro pasos:

 

Explica a tu audiencia exactamente cómo quieres que actúe. Déjalo tan claro que no quepa duda.  No temas insistir. Recuérdales una y otra vez lo que quieres que hagan mediante pequeños recordatorios estratégicamente distribuidos a lo largo de tu intervención. En definitiva, si por ejemplo, estás planteando un tema común pero desde otro punto de vista por ejemplo, podrías recalcar: “Hoy quiero que piensen sobre este tema de manera distinta, que descubras qué podemos hacer al respecto”.

 

 

Todos buscamos que nuestras acciones nos beneficien de algún modo. Asúmelo como una ley del comportamiento humano. Cuanto mayor sea ese beneficio, más dispuestos estaremos a actuar. Si quieres persuadir, por tanto, muestra claramente a tus oyentes la recompensa que obtendrán por sus acciones. Siempre que pidas a tu audiencia que actúe, explica por qué. Ofrece buenas razones para hacer lo que propones. De lo contrario, será muy difícil que logres persuadir a alguien.

 

 

Pónselo fácil. Responde a todas las dudas, antes incluso de que las hayan planteado. Señala los pasos. Aclara el procedimiento paso por paso. Muéstrales lo que deben realizar haciéndolo tú previamente delante de todos. 

 

Cuanto más postergamos la acción, menos probable es que actuemos. Por eso, incluye varios llamados a la acción sutiles a lo largo de toda tu participación. Pero, al final, trata de transmitir un sentimiento de urgencia y necesidad. Recalca la necesidad de actuar hoy en vez de mañana, pronto mejor que después. Que todos se sientan motivados y deseen que termine tu presentación para hacer lo que les pides.