Operación Comunícate
Episodio 74. ¿Cómo empezar con fuerza tu presentación?
January 26, 2022
Los amantes del ajedrez conocen bien la importancia de una buena apertura, pues un mal comienzo puede implicar un resultado catastrófico, que nos lleve a perder la partida antes de tiempo. Así mismo es de importante la apertura de tu presentación.

¿Cómo empezar con fuerza tu presentación? 

 
Los amantes del ajedrez conocen bien la importancia de una buena apertura, pues un mal comienzo puede implicar un resultado catastrófico, que nos lleve a perder la partida antes de tiempo. Así mismo es de importante la apertura de tu presentación. Hoy, te muestro siete aperturas clásicas que puedes utilizar aquí, en Operación Comunícate episodio 74.
 
Normalmente, durante los primeros segundos de tu presentación, juzgando por los slides y por tu lenguaje verbal y corporal, el público ya sabe instintivamente cómo eres, cómo será la charla y si les interesará o aburrirá. Esfuérzate por cautivar su interés desde el primer segundo. Mi consejo es que no te lances directamente a presentar los datos, ni siquiera comiences con el típico slide aburrido de contenidos para entrar luego con la presentación.
 
Para iniciar con fuerza tu presentación puedes utilizar una de estas siete aperturas clásicas que te garantizarán un buen comienzo:
 
1.   Pregunta dirigida a los miembros de la audiencia

Si la pregunta está bien elegida y resulta relevante para el tema tratado, evocará una respuesta inmediata, involucrará a la audiencia, eliminará barreras y les hará reflexionar acerca de cómo el mensaje se les aplica personalmente. En esta fase inicial es mejor no usar el recurso de hacerles participar levantando la mano, ya que el público aún no está “caliente” como decimos popularmente, sino que resulta mejor romper el hielo con una pregunta retórica significativa y provocativa a la que proporcionas respuesta rápidamente.
 
 2. Hecho poco conocido o estadística sorprendente

Debe estar íntimamente relacionado con el mensaje central de tu presentación. Cuanto más sorprendente, inesperado o desconocido, mayor será su efecto.

 3. Retrospectiva/Prospectiva

Permite captar la atención del público arrancándolo del presente y llevándolo hacia adelante o hacia atrás en el tiempo. Mediante este contraste, puedes dejar impreso el valor que contiene el mensaje de tu presentación.

4. Anécdota

Mejor que empezar con un chiste, lo cual puede resultar desastroso especialmente si no eres chistoso, recomiendo contar una buena anécdota, que no tiene por qué ser divertida, aunque sí entretenida y relevante para el tema tratado. 

Cuenta una breve historia de interés humano. Una buena anécdota crea inmediatamente empatía con tu público. Posee la virtud de hacer que un tema abstracto y potencialmente aburrido, cobre forma vívidamente en la imaginación de tus oyentes.

 5. Cita de una fuente reconocida

No tienes por qué recurrir a grandes personajes históricos. Basta que se trate de una fuente autorizada, de prestigio en tu campo, que hable sobre ti o sobre tu trabajo o sobre tu tema. Una buena cita puede captar el interés de tu audiencia y prestarte credibilidad desde el inicio de la presentación.

6. Dicho conocido o refrán popular

Asegúrate de que guarda relación directa con el tema de tu charla y especialmente con el mensaje principal que deseas transmitir. Usados con inteligencia permiten profundizar en los temas, de manera sencilla, ingeniosa y rápida.

 7. Analogía o metáfora

Una analogía o metáfora bien discurrida será capaz de explicar con claridad un concepto oscuro o complicado. Cuanto más sencilla y clara sea, mejor para la audiencia. 

Nada impide que utilices alguna combinación ocurrente de las siete aperturas clásicas que te he mencionado. Lo más importante que debes recordar  es que, la apertura utilizada debe guardar relación con la idea central de tu presentación.

Y, por supuesto, la apertura no es sino el principio. Aún queda por jugar toda la partida, que es el resto de tu presentación.
 
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